Existe seguridad alimentaria cuando todos los seres humanos tienen, en todo momento, la posibilidad física, social y económica de obtener una alimentación suficiente, sana y nutritiva que les permita satisfacer sus necesidades y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa.
La seguridad alimentaria se basa en cuatro pilares fundamentales: la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad. La «disponibilidad» hace referencia a la disponibilidad de alimentos en cantidad suficiente y de calidad adecuada, cuyo suministro esté garantizado por la producción nacional o las importaciones (incluida la ayuda alimentaria). El «acceso» hace referencia al acceso físico y económico, mientras que el pilar de la «utilización» incluye la calidad del agua, la higiene, la calidad nutricional y el reparto de los alimentos dentro del hogar a la hora de comer. Por último, la «estabilidad» se alcanza cuando las otras tres dimensiones son comprobadas a lo largo del tiempo.
Aún hoy, 735 millones de personas en el mundo viven en una situación de inseguridad alimentaria.
Esta cifra no ha dejado de aumentar en los últimos años. En todo el mundo, 148 millones de niños menores de 5 años padecen retraso del crecimiento¹. La lucha contra la desnutrición debe ser una de las prioridades políticas si queremos acabar de una vez con esta lacra.
Los conflictos y los problemas de seguridad son una causa directa de la inseguridad alimentaria. Los conflictos pueden provocar la destrucción de superficies agrícolas y de granjas, principales factores de la existencia de producción y medios de vida de las poblaciones. El hambre se utiliza en estos casos como un arma de guerra. Una práctica denunciada por las ONG como Acción contra el Hambre y condenada por el Consejo de Seguridad de la ONU a través de la resolución 2417 adoptada en 2018.
Los conflictos también provocan desplazamientos masivos de población. Estos problemas de seguridad obligan a la población a abandonar sus tierras, su ganado y, a menudo, sus fuentes de ingresos y de alimentos, lo que les sume en una gran precariedad, sin recursos económicos ni alimentarios.
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